Plan estratégico
La Educación superior en Europa ha experimentado cambios importantes durante los últimos veinte años, por las necesidades de unificación o armonización existentes. A ello se ha sumado una reciente y rápida evolución de los entornos social, demográfico, cultural, tecnológico, económico y financiero que está exigiendo una transformación profunda en la dirección, organización y gestión de las universidades. La respuesta a dichas exigencias ha generado cambios normativos y organizativos de calado en la enseñanza universitaria que han afectado al conjunto del sistema universitario español; entre los que cabe citar los siguientes: una nueva estructura académica de los estudios, de nuevo en proceso de revisión; nuevos planes de enseñanza; mayores exigencias en la presentación y difusión de los logros alcanzados; una cada vez más detallada rendición de cuentas ante la sociedad; la promoción de la movilidad; la acreditación de la calidad; una creciente preocupación por la inserción laboral de los graduados, incluyendo su formación como emprendedores y el impulso a la creación de nuevas empresas; nuevas formas de contratación del profesorado; incremento de la competitividad para la captación de fondos para la I+D+i y una cada vez más intensiva utilización de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información. Además, cada vez con mayor insistencia, la futura sociedad del conocimiento está a la espera de que la Universidad se convierta en agente relevante del desarrollo socio-económico regional.
En consecuencia, la dirección y gestión de los centros universitarios se ha vuelto más compleja, al mantener ciertas estructuras organizativas y jurídicas del pasado que dificultan la capacidad de respuesta a las nuevas necesidades y de búsqueda de nuevas soluciones a los desafíos actuales. En consecuencia, es imprescindible poner en práctica nuevas técnicas de gestión, entre las que destaca la dirección y la planificación estratégica.
El Plan Estratégico ha de ser un instrumento para el cambio, la innovación y la modernización de la Universidad, que permita responder más eficazmente a todas esas demandas que la sociedad le plantea. No es posible responder con garantías sin disponer de una planificación adecuada.
Naturalmente, un Plan Estratégico es y debe ser un compromiso público de actuación. No se trata sólo de un desiderátum buenas intenciones, sino de un compromiso que involucre a la mayor parte de la comunidad universitaria para poder alcanzar los objetivos fijados de manera efectiva. Por otro lado, constituye el marco de ordenación y participación donde todas las unidades operativas de la comunidad universitaria, como centros, departamentos, institutos, servicios, oficinas y unidades, establecen, a su vez, sus propias acciones estratégicas, de acuerdo con los principios que formula el Plan Estratégico.
En la Universidad Miguel Hernández hemos entendido que un Plan Estratégico es una herramienta útil para diseñar las políticas de futuro que habrán de guiar nuestra actuación colectiva durante los próximos años, y que nos permitirán afrontar los cambios organizativos y los consensos internos necesarios para garantizar la competitividad de la universidad en el nuevo marco. Mediante la redacción de su Plan Estratégico, la UMH ha definido sus objetivos, basándose en el análisis de las exigencias futuras que deberá satisfacer; ha establecido planes y políticas coherentes; y ha orientado sus recursos humanos, económicos y tecnológicos a dichos objetivos. El modelo de gestión diseñado al efecto establece compromisos de actuación internos y externos, basados en presupuestos rigurosos para administrar adecuadamente los fondos públicos, y todo ello a fin de seguir mejorando la calidad y la eficiencia de nuestras actuaciones.
Estoy convencido que el trabajo invertido en la definición del nuevo Plan 2016-2019 nos permita cubrir sus objetivos así como afrontar con solvencia los retos futuros. Este Plan Estratégico procede de una reflexión serena y profunda sobre nuestra corta historia, y es el resultado de la participación de cuantos han querido opinar, y de la reflexión crítica sobre sus opiniones y sugerencias.
A todos nos ha unido la ilusión de conocer de una forma más profunda la UMH, mediante una revisión crítica de los errores y los aciertos cometidos, para utilizarla como primera piedra sobre la que construir el edificio de nuestro próximo futuro, con la convicción de que también ese edificio deberá ser repensado, siguiendo la filosofía de la eficiencia y la calidad total que siempre hemos asumido. El Plan Estratégico resultante no es, de ninguna forma, una estructura inamovible, sino que se ha diseñado para que exhiba una plasticidad semejante a la del cerebro humano, con una capacidad permanente de adaptación a los cambios que vayan surgiendo.
Finalmente, permitirme solicitar a todos los miembros de la comunidad universitaria que asumáis este nuevo Plan Estratégico 2016-2019 como propio y que colaboréis en su ejecución. Agradezco a todos los que habéis participado activamente en su elaboración, el tiempo y el esfuerzo que le habéis dedicado. Pero no olvidemos nunca que, nuestro éxito o fracaso, depende de nuestra voluntad individual y colectiva. Y, afortunadamente, dentro de nuestra comunidad universitaria, somos cada vez más los que participamos en este proyecto de futuro al que denominamos Universidad Miguel Hernández de Elche.